lunes, 24 de junio de 2013

Días de fútbol


No fue una contienda menos importante por menos esperada. Contrincante de primera división midiéndose con oponente revelación  de la temporada. Casi siempre jugábamos en tu casa; los encuentros se sucedían sin una clara favorita casi hasta el día de la final. Te colaste por la banda, y de un chut magistral en el culo, me dejaste en fuera de juego y sin palabras. Un gol por toda la escuadra que sentenciaba el desencuentro.
Cuando repaso la jugada en mi cabeza, a veces dudo de tu juego limpio, aunque no sea sancionable, hay cosas que no se hacen. Tampoco tengo claro quién fue la ganadora del derbie. Eso si, hay algo que no te puedo regatear... y es que tenías una delantera mítica.

viernes, 14 de junio de 2013

Ceci n'est pas une Pipe

Esta tarde estaba en el huerto metida en faena. En mucha faena, pero eso es cosa de otro post, cuando en un descanso he salido para echar un vistazo a Pipa, que estaba corriendo y saltando entre los caballones del bosque de acelgas. De repente, me encuentro esto...

Y no es que viera doble, si no que mi Pipa, muy sociable ella, estaba jugando con un amiguito-pariente tan a gusto. He tenido que fijarme bien porque se parecen mucho. Pipa es la primera. El otro, no es una Pipa, que diría Magritte... Y con él, aprovecho para introducir el ambiente surrealista en el que vivo inmersa. Creo que es la tierra quien lo propicia, o será que me rodeo de seres muy peculiares... el otro día sin ir más lejos, mi tío Mengis Khan de quien ya he hablado en alguna ocasión, salió por la tele junto a mi tía en un programa de recasamientos que ponen en la tele local. Fue divertidísimo. Aunque estoy acostumbrada a ver a mi tío en televisión, era curioso estar viendo también a mi tía, con sus cosas, su entorno y contando algo que forma parte de mi vida .. hasta salí yo en alguna foto de su primera boda  ¡de niña de arras!

El huerto guarda anécdotas curiosas. Allí venían mientras duró la instalación de los aerogeneradores del parque eólico los operarios y técnicos del proyecto. Eran gallegos y todas las noches se degustaba un pulpo exquisito acompañado de unas gachas, todo regado con Albariños, Ribeiros y Valdepeñas en perfecto hermanamiento galllego-manchego. Otra noche de gatos pardos en el pasero de San Roque, Eugenio, un primo de mi padre astrónomo-relojero autodidacta (uff, éste daría para un blog entero) sacó los telescopios que él mismo se fabricaba para que el vecindario pudiese observar las estrellas. De repente, se puso a gritar como loco ¡¡VEGETACIÓN EN LA LUNA!! ¡¡VEGETACIÓN EN LA LUNAAAA!!!
Había pillado unas hojas de los árboles del paseo...

También está aquel momento en el que después de asistir a dos catas de vino y colaborar después en apurar otras dos botellas de lo mejorcito que en esta tierra se puede tomar en estado líquido, conduciendo el coche de Ingrace, la guardia civil me paró para hacerme el control de alcoholemia. Un poco antes, la presidenta de los amigos del vino me dijo que me tomara X para asimilar mejor el alcohol... Sorprendentemente no di positivo. El primer viaje de Ingrace y Mengis Khan juntos fue a Israel, para ver cómo ganaban terreno al desierto por allí. Durmieron 12 horas en una semana, pero se lo pasaron bomba bombona... Me lo contaba el otro día mi tío mientras íbamos a por la maquinaria de taller con el señor de Rusia; de todas las aventuras que vivieron en esos días de insomnio y desenfreno la que más me gusta es cuando Ingrace bailó con una mujer mu alta mu altaaaa (siempre he pensado que era un travelo) A ella se le quedaron los tacones clavados en una sandía que había por allí por el suelo y no había manera de liberarla. Esa noche también tuvieron que salir por patas del sitio donde estaban porque les perseguían  por algún asunto de faldas. En fin...

Hay muchas más anécdotas pero esto ya está siendo suficientemente largo. Acabo con algo que raya lo paranormal. Poco después de la muerte de mi madre, empezaron a llamar a casa de mi tía M a las 2:55 de la mañana. Siempre a la misma hora. Al principio mi tía hasta dormía junto al teléfono para cogerlo y soltar todos los improperios que a su boca llegaban  a esas horas, pero en cuanto cogía el teléfono, se cortaba. Esto lo hizo hasta que se enteró de la película de The Ring. Después ya no volvió. Cuando llamaban al número que aparecía reflejado en el teléfono, salía un fax. Aunque recurrieron a la compañía telefónica por si alguien había puesto una alarma o algo, no supieron darles una solución. Desde entonces las llamadas intempestivas se repiten por temporadas. Ahora duermo en casa de mi tía y ha habido llamadas durante todas las noches. El número que aparece es de Madrid, pero cuando llamamos, una locución nos dice que actualmente no existe ninguna línea con esa numeración...

Mi tío piensa que es cosa de espias. Yo no sé qué pensar, igual forma parte de un sueño colectivo. Es muy surrealista.