miércoles, 9 de noviembre de 2011

Elecciones. Mi elección.

Los dos partidos mayoritarios de este país no tienen ni idea de cómo capear el temporal en el que estamos. Y las propuestas del partido que se cree triunfante vencedor nos llevan a tiempos oscuros, con pérdidas de derechos sociales en pro del capitalismo desaforado y la moral más retrógrada.

Pero no, la elección es mía, y reivindico el derecho a no entrar en el juego. Elijo no creerme una palabra de sus verdades. Elijo crear el mundo que quiero. Elijo caminar hacia la UTOPÍA, ¿que para qué sirve la UTOPÍA?
La utopía está en el horizonte,
yo se que nunca la alcanzaré
que si yo camino diez pasos
ella se alejará otros diez
cuando más la busque menos la encontraré
porque ella se va alejando
a medida que me acerco.
LA UTOPIA SIRVE PARA CAMINAR.

Y he encontrado el mejor programa para vivir en la voz de Galeano. Por lo menos para los próximos cuatro años. A saber qué pasará después...

¿Hay algún partido que lleve algo parecido en sus intenciones? Si lo encuentro, tiene mi voto.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Destrucción creadora

Hoy he estado visitando la muestra que el Caixaforum expone sobre Delacroix. Es una gran exposición, han traído obras muy buenas, y he de reconocer que he sucumbido a la sensualidad de los colores de algunos cuadros. Magistral al captar la luz del sur, una se puede hacer una idea al ver las estampas árabes, de la fascinación que le produjo a Delacroix su viaje por España, Grecia y Norte de África. Las Mujeres de Árgel, rebosan exotismo, erotismo y elegancia. No me extraña que en París se volvieran locos con este cuadro

En la retrospectiva se adivina su atracción por la mujer y el universo femenino. Todas sus mujeres son bellas. No importa si son jóvenes, viejas, pobres o pudientes, van o no vestidas... Romántico, revolucionario comprometido, habitante como pocos de la época que le tocó vivir. Si tuviese que quedarme con un sólo cuadro, de la muestra, sin duda, sería Grecia expirando sobre las ruinas de Missolonghi

Porque no puedo explicarlo con palabras, pero impresiona. La foto que he subido no es buena, pero en su presencia, la mujer del cuadro, enamora. Y no he podido evitar hacer un paralelismo con el tema del cuadro, la revolución liberal griega de principios del XIX, y la revolución en la que estamos inmersos en estos tiempos. La historia es cíclica. Es inevitable la reflexión sobre la grandiosidad, declive y perpetuación de las civilizaciones, como rezaba uno de los carteles de la muestra. ¿Son inevitables la ruina, los escombros, las víctimas en la contienda? ¿Sólo con la palabra, los carteles, las manifestaciones pacíficas multitudinarias y mundiales la élite financiera va a ceder sus privilegios para aminorar el impacto de esta realidad dialéctica? ¿Los políticos dejarán de ser títeres manejados por los misteriosos mercados?

Demasiadas preguntas. Inquietantes respuestas.