Antiguas costumbres se transmutan en otras,
revestidas por el manto de las promesas sagradas.
A partir de hoy dejaré un corazón con nuestras iniciales
en las puertas de las habitaciones número sesenta y nueve
de todos los hoteles en los que pernocte.
Desde la altura alpina de tus prejuicios,
la miopía se agrava.
Me asomo a los horóscopos buscando ilusa certezas,
a pesar de que hace tiempo intuyo con seguridad que existe la entropía.
Si alguna vez volvemos a vernos, recuérdame
qué rumorearon las hojas
cuando el viento las acarició aquella noche.
Y sin embargo, son las mariposas.
La humanidad idolatra a las mariposas...
Sin tener en cuenta que son el origen de los males de este mundo.
Un batir de alas, y llegaron las lluvias torrenciales
de los 500 años.
Provocaron seismos de 10,3 puntos de magnitud
apenas perceptibles por la mayor parte de la humanidad.
Huracanes desatados por cabezas que se vuelven
negando enérgicamente.
El oxymoron más terrible, mordiendo la aorta.
Había pensado emprender una peregrinación
por la línea de estrellas más larga
que una mi casa con la tuya,
para llegar finalmente
a besar la mano con la que escribes.
Pero lo voy a dejar
para un domingo por la tarde.
viernes, 1 de marzo de 2013
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cuando veo algo del efecto mariposa se me viene a la mente desde la incomprensible teoria del caos hasta la metamorfosis de las larvas...que rara es la mente a veces!!
ResponderEliminarNo creas... todo ello tiene un hilo conductor caótico muy marcado. La mente también ;)
EliminarAlguien me ha hecho notar un error geofísico en el texto.. Gracias, M! Creo que ya está subsanado.
ResponderEliminarTodos los demás quedan ahí, forman parte de lo escrito y su escritora.